El Santuario

Santuario de Belén

 

A 12 km de Almansa, en dirección a Madrid, se encuentra el Santuario de Ntra. Sra. de Belén, Patrona de la ciudad. En él destaca su templo barroco, levantado en el siglo XVII, de planta rectangular, coro alto a los pies y magnífico retablo barroco de principios del siglo XVIII; es interesante el camarín construido en ese mismo siglo, con cúpula y vistosas pinturas murales y pavimento de buena azulejería. Las construcciones anejas son esencialmente de la misma época dieciochesca. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1984.

 

A finales del siglo XV la imagen de la Virgen de Belén se colocaría en una ermita que el almanseño D. Juan Sánchez mandó construir en sus posesiones de la Vega de las Barracas. Trescientos años más tarde se convirtió más o menos en lo que hoy conocemos como el Santuario de Belén. Varias han sido las personas y entidades que se han hecho cargo con el paso de los años del mantenimiento y cuidado del santuario, las más resaltadas, el clero y el ayuntamiento de Almansa. Hoy en día pertenece a la Asociación de Ntra. Sra. de Belén.
    
            
      
A simple vista, cuando visitamos el santuario, podemos observar su patrimonio, que consta de una capilla, unos edificios adosados a ella con soportales y patios, un pequeño huerto cercano y las tierras circundantes en una extensión de 17,6270 Ha. En estos terrenos podremos encontrar pinos de repoblación y una notable vegetación de rivera que se extiende a lo largo del cauce de agua que rodea al Santuario procedente de Alpera, formada casi toda por álamos y olmos. Recientemente, siguiendo un proyecto de reforestación promovido por la Asociación de Ntra. Sra. de Belén, se han plantado en diversas zonas plataneros, moreras, fresnos, chopos y más álamos.

Un poco de Arte.

En el Santuario predominan los estilos barroco y neoclásico. Consta de una iglesia y de una serie de dependencias anejas, algunas de las cuales están unidas al templo (museo, sacristía, etc.). Configuran el resto tres alas, dos de ellas con arcadas abiertas a una plaza rectangular. El cuerpo que mira al Este, de ocho arcos cegados, tiene planta baja y dos pisos. El superior sirvió de granero hasta que en 1922, fue transformado en salón y dos alcobas Sobre el se levantan dos palomares edificados en las primeras décadas de este siglo. El segundo cuerpo, orientado hacia el sur esta construido flanqueando ambos lados de la iglesia y muestra asimismo ocho arcos; sobre el primero adosado al Evangelio de y también cegado, se levantan dos plantas; al otro lado, hallamos siete arcos más que presentan cubierta tejavana. En el ala tercera, de soportales orientados al este, fue demolida hace unos lustros y hoy se halla en fase de reedificación muy avanzada.
    
                        
La iglesia, de planta rectangular y cabecera poligonal, costa de una sola nave que se cubre con bóveda de cañón rebajada, con lunetos decorados, y dividida en cinco tramos por arcos fajones adornados con pinturas que simulan piedra. La cabecera, cubierta a su vez con una bóveda con pinturas al fresco, ostenta un retablo de talla policromada barroca organizado en tres cuerpos. A ambos lados del retablo se observan diversos frescos.


Se asegura que nuestra Patrona ocupaba el Santuario desde el siglo IX. Claro está que el Santuario a sido transformado diferentes veces y que en su principio estuvo al cuidado de unos monjes santuario1germitaños que tendrían una pequeña ermita y varios cenobios en sus proximidades. A mediados del siglo XVI, mediante una Bula Pontificia, pasaron el Santuario y la Virgen a poder de la Villa de Santuario de BelénAlmansa. En 1628, Juan Sánchez Pulido, llevado de su devoción profunda a la Virgen de Belén, legó en testamento al Santuario los vienes que poseía en sus inmediaciones, disponiendo que fuesen administrados por una Hermandad formada por los Sacerdotes de Almansa. En 1715, y siendo Hermano Mayor D. Fulgencio Galiano Puche, se doró el actual retablo mayor del Santuario con las limosnas de la villa.

La Romería es, sin duda, el hecho sociológico más importante de Almansa. Entre 18000 y 20000 personas aprovechan para disfrutar un día al aire libre, en el que, además del tradicional arroz con carne y caracoles, también se degustan gazpachos, paella, "gachamiga" y carne asada, junto con otras viandas preparadas en casa Santuario de Belénpara recuperar fuerzas a la sombra de la arboleda, tras recorrer todo el camino.

Cada año se celebran dos Romerías, la primera, en la que se traslada la imagen de la Virgen de Belén desde Almansa al Santuario, tiene lugar el domingo siguiente al día 6 de mayo; y en sentido inverso, la de regreso, que se realiza el tercer domingo de septiembre. El recorrido, de unos 12km, se hace a pie llevando la imagen de la Virgen a hombros de miembros de la Sociedad de Pastores, en turnos estrictamente elegidos y que compiten entre sí por ver quien hace los tramos que les corresponde lo más rápida y acompasadamente posible.

La Romería va acompañada por una figura tradicional, el Vitorero, que ataviado con capa, gorro y lanza, va dando vivas a la Virgen. Del origen de este peculiar personaje, que se remonta a la Batalla de Almansa, un labrador prometió que él y sus descendientes vitorearían a la Virgen si ella hacía que la Batalla transcurriera favorable para el pueblo. Como así sucedió, el Vitorero sigue vistiendo aquellos antiguos atuendos y transfiriendo su papel a sus descendientes.

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